Cuentan
los indígenas kekchíes de Cobán que el Tzultak?a es el Dios del Maíz, es
el Dios de las alturas, de las profundidades, de la abundancia, de los
animales.
Celso A. Lara Figueroa
También es el Señor del Cerro, el Dueño
del Mundo. Los indígenas pocomchíes de la región también le llaman
Kajal Yuk Quixcab, que tiene el mismo significado.
El
Tzultak?a siempre ha vivido en una cueva y continúa viviendo en las
cuevas y en los cerros de la Alta Verapaz. Tenía una hija llamada Cana
Po que se dedicaba a los oficios domésticos y como una buena muchacha
también le gustaba tejer y bordaba en sus tejidos todos los
acontecimientos del día.
La hija
del Tzultak?a era la Luna y todos los días pasaba cerca de su casa
Xbalamk?e que era el Sol y quien trataba de impresionarla porque se
había enamorado de ella. Para que se diera cuenta de que era un hombre
muy importante, pasaba todos los días cerca de la casa llevando como
presa un venado. Cada vez que la señorita Luna veía pasar a Xbalamk?e
se sentía impresionada y comentaba que ese hombre era un buen cazador.
Un día le dijo a su papá, el Tzultak?a que para ella aquel hombre era
muy atractivo y que estaba segura que él también le correspondía con el
mismo atractivo que ella sentía por él.
El padre le respondió a su hija:
-?Hay que
tener mucho cuidado con ese hombre, puede ser engañoso; pero debemos
analizarlo en alguna forma, hasta que estemos seguros si su actitud es
sincera.
En
seguida dijo a su hija que el agua del nixtamal donde se cuece el maíz,
tirara en el camino por donde acostumbraba pasar Xbalamk?e. Así lo hizo
y cuando aquel pasó muy entretenido viendo a la muchacha Luna, no se
dio cuenta de que el terreno que iba pisando estaba muy resbaloso por el
agua de nixtamal que había sido tirada, y se resbaló y cayó.
Al
momento de caer llevaba nada más un cuero de venado que era el mismo que
le había estado sirviendo para engañar a la señorita Luna, que por
estar pensando en ella ya no cazaba nada. Cuando cayó se descubrió que
era simplemente un engañador y la Luna se rió mucho de él y su padre
volvió a confirmarle que siempre debe tener cuidado con los hombres.
Desde ese
momento Xbalamk?e tenía vergüenza de pasar por ahí, por haber fallado
en sus intenciones. Desde entonces, siempre rondaba la casa de la luna,
sin encontrar la oportunidad de volver a acercarse a ella para
manifestarle su amor.
Cuando
Xbalamk?e cayó al suelo también cayó una semilla de tabaco y esta
semilla germinó, naciendo una planta que creció y a la que llegaban
muchos colibríes para saborear el néctar de sus flores. Al ver esto
Xbalamk?e aprovechó la oportunidad para hablar con el colibrí y le pidió
le prestara su plumaje para utilizarlo y así poder acercarse hasta la
casa de la señorita Luna.
El colibrí al principio no quiso
acceder, pero después de tantos ruegos de Xbalamk?e lo convenció,
ofreciéndole envolverse en unas hojas de ceiba y sólo así le prestó su
plumaje. Xbalamk?e se puso el plumaje y se convirtió en un colibrí y se
fue a parar sobre la planta de tabaco donde la señorita Luna lo vió.
Lo estuvo viendo durante todo el día y ese día fue cuando apareció el
Xakche? en los tejidos que la Luna hacía, representando la planta del
tabaco.
Cuando
había pasado bastante tiempo, y ella había bordado ese motivo en su
tejido, llamó a su padre y le dijo que le gustaba mucho ese pajarito que
estaba sobre aquella planta y que lo quería. El Tzultak?a dijo a su
hija que lo iría a cazar con su cerbatana (llamada Pubche?) con la cual
hizo un disparo al Tz?unum (colibrí) con suavidad y solamente se
desmayó. El pajarito cayó al suelo y él lo recogió y lo trajo a su
hija, quien lo introdujo en la jícara donde guardaba los hilos que le
servían para tejer. Cuando el pajarito volvió en sí dentro de la
jícara, se sentía muy incómodo y empezó a piar. Ella lo tomó entre sus
manos y cuando terminó de tejer, se lo puso sobre su güipil.
Entró la
noche y la Luna se fue a dormir. A la media noche el Tz?unum se
convirtió nuevamente en Xbalamk?e, tomando su forma natural. Al ver
esto la Luna se asustó, pero estaba muy contenta de ver nuevamente a
Xbalamk?e. Él le dijo a ella que llegaba a robársela, pero ella no
estaba de acuerdo con eso porque su padre fácilmente los encontraría por
medio de su espejo (lem). Xbalamk?e le dijo que esto lo había previsto
y que trajera pom y copal, así como el espejo de su padre. Quemó las
resinas y con el humo ahumó completamente el espejo para que el
Tzultak?a no pudiera verlos a través del mismo y pudiera encontrarlos.
Entonces ella le dijo nuevamente:
-?También hay otro obstáculo que es su cerbatana (pubche?) y que es muy poderosa…-
El le
pidió que fuera a traerla y que además trajera chile y lo moliera.
Después echó suficiente chile molido dentro de la cerbatana y la fueron
a dejar al mismo lugar donde el Tzultak?a la guardaba. Después de esto
Xbalamk?e y la Luna huyeron a media noche.
Al
amanecer del siguiente día el Tzultak?a llamó a su hija, pero ella no
respondió porque ya se encontraba muy lejos, huyendo con su amado.
Dispuso cerciorarse del motivo por el cual no aparecía su hija y se dio
cuenta que en casa no había nadie. Se imaginó inmediatamente que
Xbalamk?e se la había llevado y se enfureció tanto que inmediatamente
fue a buscar su espejo (lem), pero se encontró con que estaba
completamente ahumado por el humo del pom y del copal, por lo que no
podía ver nada.
Pero
Xbalamk?e cometió un error cuando sostenía el espejo ahumándolo, sus
dedos quedaron marcados en el mismo, no permitiendo que esa parte se
cubriera de humo y así fue como el Tzultak?a pudo observar por donde
huían los jóvenes.
Muy enojado por la burla, el Tzultak?a dijo:
?Con mi poderosa arma yo les voy a dar alcance?
Y
agarrando su cerbatana (pubche) aspiró primero bastante aire para soplar
con más fuerza y en el momento que hizo esa aspiración, se tragó todo
el polvo del chile y cayó al suelo desmayado, porque se estaba ahogando y
tosía desesperadamente. Desde entonces apareció la tos en las zonas
kekchíes y pocomchíes. Cuando el Tzultak?a se repuso y se dio cuenta
que no podía alcanzar a los jóvenes con sus propias fuerzas, llamó a su
amigo el Cagua Kak, que es el rayo y le explicó la razón de su llamado,
pidiéndole que persiguiera a aquellos que se habían burlado de él. El
Cagua Kak estuvo de acuerdo en colaborar con su amigo y fue así se
apareció en los güipiles de Tactic, de Cobán y de Tamahú y todavía se le
conoce como Palic.
Cuando el
Tzultak?a pidió al Cagua Kuk que persiguiera a Xbalamk?e (el novio) y a
Cana Po, que así se llamaba la hija que era la Luna, estos ya se
encontraban cerca del gran lago de Izabal, huyendo de la persecución.
Cagua Kak pudo controlarlos y fue en ese momento cuando precisamente
encontraron donde esconderse, y la Luna se escondió en la caparazón de
una tortura. En ese momento cayó con fuerza el hacha del rayo y partió
en mil pedazos la caparazón de la tortuga donde se ocultaba la Cana Po, y
con los fuertes vientos y la lluvia los pedazos fueron cayendo dentro
de l agua.
Entró la
noche y al día siguiente, cuando Xbalamk?e se repuso y salió de la
concha, se dio cuenta que su amada Luna estaba hecha pedazos, hecha
trizas. Entonces llamó a las libélulas y a los brujos, para que con sus
guacales reunieran aquellas partículas y las fueran depositando hasta
llenar trece tinajas (las trece tinajas también aparecen en los tejidos
de Cobán, Tactic, Tamahú y San Pedro Carchá). Estas tinajas se llenaron
con las partículas de la Caná Po y las cubrieron. Xbalamk?e pidió a
una anciana que vivía cerca del lago que le guardara las 13 tinajas y
que no fuera a abrirlas, porque él volvería dentro de 13 días.
Durante
todo este tiempo la anciana estuvo muy inquieta, no podía dormir ni
tenía tranquilidad a consecuencia de que se oía una serie de ruidos,
chillidos y cosas muy raras que procedían de dentro de las tinajas, pero
no se acercó a curiosear para ver lo que había adentro. Cuando regresó
Xbalamk?e, al décimo tercer día, la anciana se puso muy contenta y le
dijo que se llevara inmediatamente aquellas cosas que le causaban mucho
espanto.
Xbalamk?e
empezó entonces a destapar una por una las tinajas. Cuando levantó la
tapa de la primera tinaja vio sólo serpientes de toda clase; en la
segunda había solo animales repugnantes como lagartijas y otros
reptiles, la tercera tenía solo animales ponzoñosos; en la cuarta,
quinta y todas las demás habían avispas, tábanos, alacranes, arañas,
vampiros y otros diferentes animales.
Cuando
llegó a la penúltima tinaja Xbalamk?e pidió a un hombre que se llevara
las tinajas que faltaba revisar y su contenido lo echara dentro del agua
del lago. Pero este hombre tenía curiosidad por ver el contenido de
las tinajas y en el camino abrió una de las tinajas de donde salió una
nauyaca (serpiente grande, venenosa y con aspecto de tener cuatro fosas
nasales) que lo asustó y del susto salió corriendo y el contenido de las
tinajas se fue regando sobre la superficie de la tierra, hasta que se
regaron todos los animales que iban a ser lanzados al gran lago.
Cuando la
Luna retornó a la vida le faltaba su atributo de feminidad por lo que
Xbalamk?e llamó a un cabro para que le diera la forma de una mujer y
después a un venado, para que completara esta obra. La Luna dio al
venado la fragancia de las flores y esto molestó mucho a Xbalamk?e
porque sentía celos de él y entonces tomó el almizcle (sustancia
odorífera) del ratón para untárselo al venado. Después, complacido por
lo que había hecho, tomó de la mano a su amada Luna y se la llevó al
cielo como esposa. Ahora, allá en el cielo vive Xbalamk?e que el mismo
Sol que alumbra de día, con la Cana Po, que es la misma Luna que alumbra
de noche.
El Sol se llevó al Cielo a la Luna en San Juan Chamelco
En cierta
ocasión el Sol tuvo conocimiento que en un lugar lejano había una
patoja muy linda y hermosa, que era tejedora y vivía con su padre. El
Sol dispuso un día ir a buscarla porque si era bonita podría casarse con
ella y cuando la encontró, quedó maravillado de ver tanta belleza que
dispuso enamorarla.
Para
impresionar a la patoja el Sol le llevó a obsequiar unos venados que le
dijo había cazado, pero estos no eran de verdad sino que eran sólo los
cueros rellenos de ceniza que aparentaban ser los cuerpos. La patoja
emocionada ante la cortesía de su enamorado, preguntó a su papá:
-¿?Papá, será cierto que es cazador y que caza muy bien?? ?le dijo la hija a su papá.
-?Vamos a probarlo? ?le respondió el papá a su hija.
El padre
agarró tres ollas de nixtamal y las regó sobre el suelo y cuando pasó el
sol por ese lugar, se resbaló y cayó. Los venados le cayeron encima y
como eran cueros rellenos de ceniza, se reventaron. La patoja se dio
cuenta que los venados no eran de verdad y al ver el engaño de su
enamorado, se enojó tanto que lo echó de su casa.
El Sol se quedó azorado por lo sucedido y ante el repudio de la patoja, se puso a llorar.
-?Ya no tengo nada que hacer?… ?dijo el enamorado.
Pero el
Sol, que se sentía muy enamorado, recordó que tenía poderes especiales y
para llegar a la patoja dispuso transformarse en un pajarito gorrión.
Como la patoja tejedora era bonita y hermosa, el Sol convertido en
gorrión voló hasta donde estaba ella para contemplar su belleza.
-?Rin, rin?… ?cantaba el gorrión contento de ver a la patoja, y llegó a posarse sobre el lazo que sostenía su telar.
La muchacha se impresionó al ver al gorrión, le dijo a su papá:
-?Papá, aquí hay un pajarito muy bonito?… ?Mátalo, mátalo para mí?… ?le dijo la muchacha a su padre.
El papá que consentía tanto a su hija, le respondió:
-?Está bien hija?… ?le dijo el padre a su hija.
Al mismo tiempo el padre de la muchacha agarró su cerbatana y de certero disparo hirió al pajarito que cayó por los suelos.
La muchacha al ver herido al gorrión, lo auxilió, recogiéndolo y al mismo tiempo que contemplaba su plumaje, exclamó:
-?Es muy bonito? ?dijo la muchacha.
-?Que te quede hija? ?le dijo su papá.
El
pajarito, como era un gorrión de plumaje muy bonito, le gustó tanto a
la patoja y se lo llevó a su habitación, para cuidarlo y jugar con él.
Al llegar la noche, la muchacha contemplando al gorrión se durmió
tranquilamente, y el pajarito aprovechó la ocasión para convertirse
nuevamente en un hombre. Cuando ella despertó aquel hombre le dijo a la
muchacha que él era el Sol y que ella era la Luna. Y al mismo tiempo
que enamoraba a la muchacha, le ofrecía hacerla su esposa.
-?Ahora estoy contigo?… ?le dijo el Sol a la Luna.
La muchacha impresionada al saber que su pretendiente era el Sol y ella era la Luna, también se enamoró de él.
-?Nos vamos a huir?, le dijo el Sol a la Luna.
-?Está bien?… ?le respondió la Luna, que fácilmente se convenció para acompañarlo.
Los dos amantes se fueron y se escondieron metiéndose en una laguna grande.
El padre de la patoja asustado al no encontrar a su hija, preguntó a su mujer:
-?Dónde está mi hija?… ?le dijo.
-?No está?… ?le respondió la esposa.
-?Voy a
buscar un palo?… ?dijo el papá, porque ese pájaro es un hombre malo que
se robó a nuestra hija, y voy a buscarlo para matarlo.
Agarró su
cerbatana y apuntó hacia el lugar por donde habían huído los jóvenes y
aspiró fuertemente para halar a su hija, pero se le trabó el aire en la
garganta y no logró su objetivo. Se quedó tosiendo fuertemente y
exclamó:
-?Esto es la tos ferina?… ?dijo el padre asustado.
El padre de la Luna llamó rápidamente al relámpago y le pidió ayuda:
-?Mi hija se huyó pero te ruego que mates al hombre que se la llevó?.
El
relámpago rápidamente se convirtió en el trueno para buscar a los
jóvenes que huían. Cuando el relámpago los encontró dejó caer la
descarga de un rayo muy fuerte sobre los jóvenes. El Sol se escabulló y
se escondió, metiéndose bajo las aguas del mar, pero el relámpago mató a
la patoja.
Volvió a
salir el Sol y vió en las aguas del mar la sangre de su mujer la Luna.
Llorando desconsoladamente, llamó a unos pájaros y les dijo:
-?Me
recogen toda la sangre de la Luna y me la guardan?… ?les dijo el Sol
sollozando y se metió en una concha de tortuga, para ocultarse.
Los
pájaros recogieron la sangre de la Luna y la pusieron en un tecomate,
dejándolo juntamente con otros tecomates que eran 13 por todos, y se
retiraron. Pero el Sol no sabía en cual de todos los tecomates se
encontraba la sangre de la Luna y se puso a buscarla, porque sabía que
en uno de esos tecomates tenía que encontrar a su mujer.
Tentó (de
tocar) el primer tecomate y encontró una culebra; en el segundo, había
ratas; en el tercero, lagartijas; en el cuarto, ranas; en el quinto,
sapos; en el sexto, ra kox (no se le encontró traducción); en el
séptimo, gusanos; en el octavo, culebras tamagás (cierta serpiente
venenosa); en el noveno, una concha de tortuga; en el décimo, pescados,
en el undécimo, mariposas, en el duodécimo, murciélagos y hasta en el
décimo tercer tecomate encontró a su mujer la Luna.
Cuando el Sol encontró a la Luna exclamó:
-?Yo soy el Sol, el marido de la Luna?, y llamó a su mujer y se la llevó al cielo.
El padre
de la muchacha agarró su lente (anteojo) para ver de lejos hasta donde
estaba su hija, pero ya no la vio porque el sol se la llevó en una
bolsa.
El Sol ascendió al cielo llevándose a la Luna y su espíritu, se lo llevó a Dios como Ser Divino.